sábado, 28 de abril de 2018

Independencia de los Estados Unidos





Memorial National Mount Rushmore, en Dakota del Sur. Los rostros tallados en piedra corresponden a los considerados los padres fundadores de los Estados Unidos. Fueron partícipes de la independencia y posteriormente presidentes del nuevo Estado: George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.


En el siguiente video pueden ver una explicación muy completa de las condiciones previas y el proceso de independencia de los Estados Unidos.
La importancia de este momento en la historia tiene que ver con las reivindicaciones de autonomía de las colonias, y por otro lado, analizar el grado de participación que tenían los ciudadanos en las colonias, el proceso de toma de decisiones fundamentalmente basado en asambleas y votaciones.


Los siguientes son fragmentos de la película "El patriota". Ilustra algunos momentos del proceso de independencia:

El Patriota (1º segmento): Las colonias hablan de independencia
El Patriota (2º segmento): Se suman colonias a la lucha
El Patriota (3º segmento): Libertad para los esclavos del ejército patriota
El Patriota (4º segmento): Las colonias avanzan

Otros fragmentos seleccionados:
Asamblea: debate por la continuación de la guerra
Aprobación de la leva

Por último, un fragmento de la serie "John Adams", uno de los protagonistas de la revolución:


Los peregrinos del Mayflower

La historia de las 13 Colonias británicas en la costa atlántica de lo que hoy es Estados Unidos, comienza con la llegada del barco llamado Mayflower, que albergaba inmigrantes que huían de la persecución religiosa de la que eran objeto en Inglaterra.
Los pasajeros del Mayflower eran puritanos, una vertiente del calvinismo (una religión protestante cuyo representante era Ítalo Calvino). Estos eran opositores a la religión oficial de la corona inglesa, el Anglicanismo, fundada por el rey Enrique VIII. Por esta razón, en 1620 partieron en el barco desde Plymouth y desembarcaron en la costa de Massachussets. Allí, firmaron un verdadero pacto fundacional de la comunidad que deseaban conformar, lo que después sería la ciudad de Boston.
"Nosotros, los abajo firmantes, pactamos y concertamos para elaborar construir y constituir aquellas justas leyes, ordenanzas, actos, constituciones y cargos que en el curso del tiempo se consideren más adecuados y conveniente para el bien general de la colonia...".

Tiempos Difíciles

EL siguiente es el fragmento de una novela de Charles Dickens, escritor inglés que en sus obras abordó cuestiones de la realidad social de las ciudades y sus habitantes durante la primera revolución industrial.

Libro I Capitulo V. Charles Dickens. Tiempos difíciles.


Un día de sol en plena canícula. A veces hace días así hasta en el mismo Coketown.
Visto Coketown desde lejos con semejante tiempo, yacía amortajado en una neblina característicamente suya, que parecía impermeable a los rayos del sol. Se advertía que allí dentro había una ciudad, porque era sabido que sin una ciudad no podía existir aquella mancha fosca sobre el panorama. Un borrón de hollín y de humo, que unas veces se inclinaba confusamente en una dirección y otras en otra; que unas veces ascendía hacia la bóveda del cielo y otras reptaba sombrío horizontalmente al suelo, según que el viento se levantaba, caía o cambiaba de cuadrante; una masa densa e informe, cruzada por capas de luz que ponían únicamente de relieve amontonamientos de negrura: así era como Coketown, visto a distancia, y aunque no se descubriese uno solo de sus ladrillos, daba indicios de sí mismo.
Lo admirable de Coketown era que existiese. Tantas veces había sido reducido a ruinas, que causaba asombro cómo había podido aguantar tantas catástrofes. Se puede afirmar que los fabricantes de Coketown están hechos de la porcelana más frágil que ha existido jamás. Por grande que sea el mimo con que se los manipule, se rompen en pedazos con tal facilidad, que lo dejan a uno con la sospecha de si no estarían antes agrietados. Cuando se les exigió que enviasen a la escuela a los niños que trabajaban, se arruinaron; cuando se nombró inspectores que inspeccionasen sus talleres, se arruinaron; cuando estos inspectores manifestaron dudas acerca del derecho que pudieran tener esos fabricantes a cortar en tajadas a los obreros con sus máquinas, se arruinaron; y cuando se insinuó la opinión de que acaso no fuese indispensable que produjesen tanto humo, se arruinaron total y definitivamente. Además de la cuchara de oro del señor Bounderby, que andaba en boca de casi todos en Coketown, era muy popular en esta ciudad otro mito, que adoptaba la forma de una amenaza. Siempre que un coketownense creíase perjudicado, es decir, siempre que se le impedía campar por sus respetos y alguien proponía que se le hiciese responsable de las consecuencias de sus actos, podíase tener la seguridad de que reaccionaría con la espantosa amenaza de que «antes arrojaría al Atlántico todos sus bienes».Esta amenaza había puesto en varias ocasiones al ministro del Interior a dos dedos de la muerte.
Sin embargo, los coketownenses eran tan patriotas, a pesar de todo, que jamás arrojaron sus bienes al Atlántico, sino que, por el contrario, tuvieron la amabilidad de cuidarlos celosamente. Allí estaba, pues, Coketown, entre la neblina lejana, creciendo y multiplicándose.
Las calles estaban abrasadas y polvorientas en aquel día de verano, y el sol era tan brillante que atravesaba el espeso vapor que caía sobre Coketown y no permitía fijar en él la vista. Los fogoneros surgían de profundas puertas subterráneas para salir a los patios de las fábricas, y tomaban asiento en gradas, postes y vallas, enjugándose los rostros ennegrecidos y mirando los carbones. La población entera daba la impresión de estar friéndose en aceite. Se percibía en todas partes un penetrante aroma de aceite caliente. Las máquinas de vapor aparecían brillantes de aceite; la ropa de los obreros tenía manchas de aceite; las fábricas, a través de todos sus pisos, destilaban y chorreaban aceite. En los palacios de hadas la atmósfera parecía el aliento del siroco, y sus moradores, desfallecientes de calor, trabajaban lánguidamente en el desierto. Pero no había temperatura capaz de devolver su juicio a los elefantes ni de enloquecerlos más de lo que estaban. Sus fastidiosas cabezas iban y venían al mismo compás con tiempo caluroso o con tiempo frío, con tiempo húmedo o con tiempo seco, con tiempo bueno o con mal tiempo. A falta del susurro de los bosques, Coketown sólo podía ofrecer el vaivén acompasado de las sombras de esos elefantes en los muros; en cambio, para sustituir el zumbido veraniego de los insectos, podía ofrecer durante todo el año, desde el amanecer del lunes hasta el anochecer del sábado, el zumbido de las transmisiones y poleas.
Zumbaban perezosamente durante todo aquel día de sol, adormilando aún más y dando más calor aún al caminante que pasaba junto a los muros susurrantes de las fábricas. Las persianas y los riegos refrescaban un poco las calles principales y los comercios: pero las fábricas, los patios y las callejuelas ardían lo mismo que un horno. Río abajo, un río negro y espeso de residuos colorantes, algunos muchachos coketownenses que estaban de asueto - una escena rarísima en dicha población- bogaban en una lancha absurda que dejaba en las aguas una estela espumosa conforme avanzaba ; y a cada inmersión de los remos se removían olores nauseabundos. Pero el sol mismo, aunque produzca en general efectos beneficiosos, era menos benigno con Coketown que el frío más rudo, y rara vez clavaba fijamente su mirada en los rincones más apretados de la ciudad sin que engendrase más muerte que vida. Así es como el ojo del mismo cielo se convierte en un ojo maldito cuando unas manos incapaces o sórdidas se interponen entre él y las cosas a las que él mira para llevarles su bendición.

Libro II Capitulo I. Charles Dickens. Tiempos difíciles.

¿Qué características de la Revolución Industrial podés dentificar en el relato?
¿Alguna de las imágenes vistas en la publicación anterior te viene a la mente mientras lees?



La Revolución Industrial

Este proceso es una de las denominadas Revoluciones Burguesas, las cuales se consideran el inicio de la Edad Contemporánea dado que dieron al mundo las estructuras económicas y sociales que se mantienen aún en la actualidad.
Si bien el período se ubica temporalmente alrededor del 1770, es una fecha aproximada pues la explosión del modo de producción fabril y de la vida urbana no se dieron de la noche a la mañana. Es un proceso que se produjo a lo largo de unos cuantos siglos, durante los cuales se desarrolló inicialmente la acumulación primaria del capital en manos de una BURGUESÍA COMERCIAL. Fueron éstos, comerciantes y banqueros, quienes disponían del capital para las enormes inversiones que representaba montar una fábrica.
Además de ese proceso, coincidieron una serie de fenómenos inter-relacionados que proveyeron de un escenario propicio para que surgiera una nueva forma de entender la actividad económica, nuevos intereses y motivaciones. Estos fenómenos, como los estudiamos en clase, son la revolución agrícola, la explosión demográfica y la revolución tecnológica. El producto de la combinación de todos esos procesos hicieron que en Inglaterra, que representaba condiciones de propiedad de la tierra y una ideología liberal en auge, floreciera la industria y grandes masas de población se desplazaran del campo a la ciudad.

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Cartilla 4° Año - 2020

Unidad I https://docs.google.com/document/d/1lMymze-rKw43Xzx9dShm-k2fm7vhplKrNucOV0BAZXo/edit?usp=sharing HISTORIA - UNIDAD I   PR...